4 dic 2012

Colorín colorado

Creo que fue el domingo a la tarde, mientras saludaba a la chica de Nueva Zelanda porque se fue antes para tomarse el tren, que caí en que esto ya se terminaba. ¿Por qué? Porque esta vez fui yo el que dije 'have a nice trip', 'take care of yourself', 'enjoy your days', y ese tipo de cosas (traducciones: buen viaje, cuidate, disfrutá). Y ella solo respondió 'have a nice flight back to home' (buen viaje de vuelta). Acostumbrado a que todos me digan lo que esta vez yo dije, fue como un balde de agua fría. Los roles se invirtieron.

Después de 'caer', tuve una extraña sensación: a contrario de lo que muchos piensan, no sentí tristeza ni nada parecido por la vuelta a casa. Tal vez algo de melancolía, pero no mucho más. Las ganas de volver son mayores que las de quedarme, sin duda alguna. Sé que va a ser duro ver fotos y estados de mis nuevos contactos de Facebook recorriendo el continente mientras yo esté en la rutina de BA. Pero lo voy a ver con la satisfacción de haber estado ahí, de haberlo podido hacer. Como dije en algún otro post, ya viví lo que quería vivir en este viaje. Y tal vez más de lo que pretendía también. Ahora es tiempo de volver.


'Dentro de veinte años vas a estar más desilusionado por las cosas que no hiciste que por las que hiciste (...). Explorá. Soñá. Descubrí'.

Antes que nada quiero aclarar que, como se imaginarán, este es el último post del blog. Fue creado exclusivamente para relatar experiencias de estos cuatromesesypico. A pesar que todavía tengo pendiente la vuelta a casa, decidí terminarlo como lo empecé: en tierras europeas.

2 dic 2012

Plastic City

Ya en los veinte minutos que tuve que caminar desde la estación de tren hasta el hostel me di cuenta lo que es Milán: un gran negocio.

A contramano del resto del país y de la mayoría de los países en los que estuve, la cantidad de gente (local) que compra y compra y compra es increíble. En todos lados hay negocios. En todos lados hay compradores. Y no son turistas.

Al menos este local era simpático. Pero todos con esta temática: boom consumidor.

Como se imaginarán, no es una de las ciudades que más me gustó ni mucho menos. No solo por la cantidad de estos negocios (generalmente primerísimas marcas), si no porque solo se trata de ellos. Está bien que finalmente encontré algunos lugares 'distintos', como parques muy pero muy bellos, pero nada que la distinga de otras ciudades. Además, pareciera que todo está hecho para demostrarse 'distintos' a las otras partes de Italia. O, al menos, para mostrarse como un país 'del norte' más. Me animo a decir que, junto Bruselas y Ámsterdam, Milán es la ciudad más parecida a lo que vi de Suiza. Parece lógico mezclar Suiza con Bélgica y Holanda, aunque no con Italia. Pero hablo de Milán, no de Italia.