Colorín colorado

Creo que fue el domingo a la tarde, mientras saludaba a la chica de Nueva Zelanda porque se fue antes para tomarse el tren, que caí en que esto ya se terminaba. ¿Por qué? Porque esta vez fui yo el que dije 'have a nice trip', 'take care of yourself', 'enjoy your days', y ese tipo de cosas (traducciones: buen viaje, cuidate, disfrutá). Y ella solo respondió 'have a nice flight back to home' (buen viaje de vuelta). Acostumbrado a que todos me digan lo que esta vez yo dije, fue como un balde de agua fría. Los roles se invirtieron.

Después de 'caer', tuve una extraña sensación: a contrario de lo que muchos piensan, no sentí tristeza ni nada parecido por la vuelta a casa. Tal vez algo de melancolía, pero no mucho más. Las ganas de volver son mayores que las de quedarme, sin duda alguna. Sé que va a ser duro ver fotos y estados de mis nuevos contactos de Facebook recorriendo el continente mientras yo esté en la rutina de BA. Pero lo voy a ver con la satisfacción de haber estado ahí, de haberlo podido hacer. Como dije en algún otro post, ya viví lo que quería vivir en este viaje. Y tal vez más de lo que pretendía también. Ahora es tiempo de volver.

'Dentro de veinte años vas a estar más desilusionado por las cosas que no hiciste que por las que hiciste (...). Explorá. Soñá. Descubrí'.

Antes que nada quiero aclarar que, como se imaginarán, este es el último post del blog. Fue creado exclusivamente para relatar experiencias de estos cuatromesesypico. A pesar que todavía tengo pendiente la vuelta a casa, decidí terminarlo como lo empecé: en tierras europeas.

Debo decir que al final el blog terminó siendo para mí mucho más que un lugar para guardar recuerdos. Fue -y lo es hasta hoy- como un nexo con Argentina: en un principio decía que 'lo hago para mí', pero cuando vi que finalmente eran varias decenas los que leían cada post día a día, decidí ponerle un poco más de esfuerzo (más de 60 posts demuestran compromiso), lo que hoy me hace poner muy contento por el producto final (?). Creo que esto será finalmente un gran recuerdo, y fue durante gran parte del viaje una gran compañía. Por eso (y no iba a decir esto porque suena a cumplido de ganador de Martín Fierro) quiero agradecer a los que leyeron, a los que comentaron, a los que sugirieron, a los que corrigieron, a los que lo promocionaron (?). Para mí fue importante confirmar que había alguien 'del otro lado' del blog. Espero que ahora que termina extrañen un poco el blog. Yo sin dudas lo voy a extrañar. Va a ser raro no actualizar más el blog, veré cómo vuelco a partir de ahora al mundo 2.0 mis futuras experiencias.

'Estoy enamorado de las ciudades en las que nunca estuve y de la gente que nunca conocí'.

Siguiendo con el post final, me gustaría comentar algo sobre el último día. Como si me hubiera faltado algo en este viaje, el viaje de Milán a Zurich a través de los Alpes Suizos fue sencillamente espectacular y distinto a lo visto hasta ahora: los paisajes son realmente increíbles, y más si se tiene la suerte de verlos nevados (e incluso nevando). Para sorpresa mía, al llegar a la ciudad también estaba nevando. Caminé los 10 minutos que separan a la estación de tren del hostel donde pasé la última noche (me acordaba el camino del día que me había quedado en julio), dejé las cosas y salí a recorrer bajo la nieve. No lo había hecho antes. Así que se puede decir que aproveché, literalmente, hasta el último día de viaje para tener nuevas experiencias. Y esta mañana hice lo mismo para despedirme del 'Viejo Continente' después de haber estado en él durante tanto tiempo.

Definitivamente Zurich es mucho más linda en diciembre que en julio.

Volviendo a lo abstracto de la despedida (?) me gustaría comentar a la conclusión a la que llegué durante el viaje sobre el propósito del mismo. Recuerdo que unos días antes de venirme a Europa, alguien me dijo 'pero qué es lo que buscás? es una prueba de independencia?'. Ya en ese momento sabía que no era una prueba de independencia (no creo que tenga que demostrarle -a mí ni a nadie- cuán independiente soy), pero no sabía exactamente para qué era. Hoy, haciendo balances y mirando hacia atrás, podría llegar a decir que, entre otras cosas, probablemente quise probarme que todos los objetivos que uno se ponga se pueden cumplir.

Recuerdo que en el 2007 -4° año de la secundaria- fue cuando me decidí y dije: 'termino la secundaria, trabajo, ahorro plata (mientras estudio, claro) y me voy de mochilero a Europa por unos meses'. Hoy, más de cinco años después (y si mal no recuerdo la idea la tenía desde 2°, o sea 2005), puedo decir que cumplí con eso que quise hacer. En su momento podrá haber sonado como el deseo de un adolescente que recién empezaba a pensar en su viaje de egresados y no era consciente de lo que decía. Pero indudablemente no fue un deseo pasajero: me lo propuse y lo hice. Muchas veces pensé en que podría quedar en la nada, muchas veces me dijeron que probablemente iba a quedar en la nada. Pero, como para todo, se necesita decisión. Y para mí lo más importante fue eso: haber tenido la decisión de hacerlo. Haber podido hacerlo.

'En el mundo por el que viajo estoy continuamente creándome a mí mismo'.

Es claro que no pretendo magnificar nada, y que sé no es más que un viaje. Pero es un viaje en otro continente, por más de cuatro meses, solo, recorriendo veintipico de países, con otros idiomas... Durante este tiempo yo me tenía que trasladar, conseguir hospedaje, comer (?), recorrer, etc. Todas cosas que para mí lo hacían más desafiante y, por ende, más interesante. Pero en la planificación, estas características hacen que sea más complicado proyectarlo. Y hoy, último día del viaje, puedo decir que el resultado fue más que exitoso. Sin dudas incluso más de lo que esperaba. Me es difícil pensar hoy en día qué podría cambiar del viaje para hacerlo aún mejor. Aún las pequeñas cosas que en su momento no fueron como esperé hicieron que este viaje fuera mejor en los hechos que en los planes. Para graficarlo (?), ayer me sorprendí de mí mismo cuando me fui a dormir: estaba acostado, con los ojos cerrados intentando dormir, y noté que estaba sonriendo. Así es como me siento. Hubiera sido gracioso verme tratando de dormir con una sonrisa. Pero fue natural: la sonrisa la tenía incluso cuando intentaba dormir. Probablemente porque pensaba en el viaje que está terminando. Viaje que para mí significa eso: felicidad.

Vamos que ya pasé de capítulo!

También noto otra consecuencia a partir del viaje: me siento casi como cuando terminé la secundaria. Es decir, con muchísimas ganas de seguir estudiando, muchas ganas de trabajar, muchas ganas de seguir disfrutando de los veintipico que, sin duda alguna, empezaron con experiencias increíbles. Y 'recargar pilas' para seguir más activo de lo que ya estaba es algo que no esperaba. Pero realmente quiero ir a la Universidad, quiero trabajar, quiero salir con amigos, quiero juntarme con la familia. Quiero que los días me parezcan demasiado cortos para tantas cosas, como solían parecerme. Y estoy seguro que al volver voy a empezar, como siempre, con mi hiperactividad. Pero con más ganas que nunca.

Y lo que decía es que más allá del viaje en sí, haberlo hecho según lo planeado y con 21 años, es lo que me llevo como lección de este viaje, que empezó mucho antes que en julio. Como escribí antes, lo decidí hace muchos años y me llevó también mucho tiempo de preparación. Hoy le doy un cierre, a pesar que estoy seguro que me lo voy a acordar para siempre. Y que aprendí muchas cosas que me van a servir para toda la vida. 

Desde hace unos años que digo que uno siempre se tiene que poner metas más altas de las que cree que puede cumplir. Porque si uno se pone una meta 'cumplible' (inventé una palabra para que se entienda la idea) nunca va a llegar nunca a su techo. Y, proponiéndome cosas en base a ese principio, bastantes veces noto que la gente piensa -y muchas veces me lo dice- que 'apunto demasiado alto' (entiéndase 'alto' como difícil de cumplir y no como 'ambición de poder'). Y sí, eso es lo que busco. Mientras más alto apuntás, probablemente más lejos vas a llegar. Uno tiene que estar preparado para no sentirse fracasado si no se llega tan alto como se apunta, pero nunca tiene que 'bajar' el objetivo. Hay que trabajar para lograr aquel que parece lejano e imposible, porque es posible. Y, si no, seguramente se va a llegar más lejos de lo que hubieras llegado si cumplías un objetivo más 'terrenal'.

'Desealo, soñalo, hacelo'.

Habiéndome descargado y habiendo hecho un pequeño balance, creo que es momento de darle punto final a este viaje. Y por ende, a este blog. Publicar el post, apagar la netbook, tomar el tren al aeropuerto, y emprender el ansiado regreso a Argentina. Es hora de seguir dedicándose a otros planes, pero ahora con la certeza de que el que quiere, puede.