6 feb 2019

Chiang Mai: inconveniente y elefantes

Día de mi cumpleaños. A la nochecita caminamos poco más de una hora para llegar al hotel en donde tendríamos una cena de lujo -y buffet con western food, que era lo principal-.


— Buenas noches, ¿puede ser mesa para dos por favor?
— Sí, esta noche es cena buffet y cuesta 350 baths por persona. Estamos abiertos hasta las 22.00 hs. Primero se paga el cubierto en caja y lo que consuman posteriormente se cobra al finalizar —responde el mozo. 
— Gracias —contesta Facu, y nos acercamos a caja.

Casi al llegar, los dos frenamos. Yo esperando que se acerque a pagar Facu, y él esperando que me acerque a pagar yo. Nos miramos. 

—Pagá —nos decimos mutuamente. 

Durante el viaje usamos una sola billetera que, junto con el 'kit' que estaba en uno de los consejos del post anterior, siempre está en la mochila. Pero como esta vez era solo la cena, dijimos de llevar la billetera, las llaves, los celulares y ya.

Pero nadie agarró la billetera. 

Perfil bajo el hotel en el que estaba el restaurante.

—¿Todo bien? —pregunta el mozo porque nos vio dubitativos. 
—Sí, gracias. Volvemos en breve —respondo.

Salimos apurados. Miramos el reloj. 7.20pm (no nos juzguen por el horario, siempre se cena temprano acá). A pensar opciones.

Ir y volver caminando, de ninguna manera. Buscar un restaurante más cercano a nuestro hostel, tampoco (hacía 3 días que veníamos pensando en ESA cena de ESE hotel con ESOS platos). Tomarse el colectivo iba a llevar más de una hora y media entre ida y vuelta, así que no daban los tiempos. Salir a negociar con un tuk tuk iba a ser estresante y lento -además saliendo de ese hotel no sé cuánto se puede negociar-. Así que Facu dice:

—Preguntemos la clave del wifi y pidamos un Grab —que es como el Uber en Tailandia.

Lo pedimos. Marcaba 25 minutos hasta el hostel (tráfico pues Sudeste). Considerando que la vuelta sería igual, llegaríamos aprox 8.15 pm. Podíamos hacerlo. 

—En realidad es un viaje de ida y vuelta, buscamos algo en el hostel y volvemos a Lotus. ¿Podemos hacerlo? —le pregunto al chofer a los 5 minutos de iniciado el viaje. 
—Sí, cambialo en la app así recalcula el precio —responde. 
—Es que no tenemos servicio —le digo (justo en Tailandia es en el único país que no compramos SIM local). 
—Bueno, al llegar al hostel pongo viaje terminado y luego los llevo sin usar la app. Pero entonces la vuelta va a ser más cara. En total les sale 200 baths —dice.

Parte de la comida que nos esperaba.

No tenía mucha lógica que nos cobre más caro porque él se estaba ahorrando la comisión que le paga a la app. Pero aceptamos sin dudarlo porque estábamos apurados, hambrientos y la diferencia no era tanta.

Llegamos al hostel. Agarro la billetera y vuelvo al auto. 20 minutos después llegamos al restaurante. 8.10 pm, buen horario. Sorprendido, nos ve el recepcionista (el "volvemos en breve" se había convertido en casi una hora). Nos vuelve a enviar a la caja, pagamos y a disfrutar con piano y cantante en vivo de fondo.

Cómo se extraña la buena comida, por favor. Fue lo más lindo de Chiang Mai. Incluso más que la excursión con los elefantes, donde fuimos a "bañarlos, alimentarlos y dar un paseo con ellos". Se supone que es un centro en el que los tratan bien y los 'salvan' y blabla, pero no suena muy convincente. No al menos la parte en la que traen 3 elefantes a una parte del río y bajan 30 turistas con baldes para 'bañarlos'. No nos pareció adecuado así que no bajamos al río. 

Parece que el elefante se ríe del miedo que le tengo.

Alimentarlos estuvo bien porque se los veía contentos, e ir a dar un paseo era una duda. Habíamos leído que pueden llevar hasta 7 veces el peso de un humano sin que eso les genere un sobre esfuerzo y blabla, y cuando nos dijeron que al final del recorrido teníamos la oportunidad de comprarles una cañas dulces que eran como unas golosinas para los elefantes, pensamos que podía no estar tan mal.

Nos subimos e hicimos un recorrido que incluyó paseo por el medio del río y fue entretenido. Pero no sé si lo volvería a hacer.

El resto de los días en Chiang Mai fue básicamente cumplir lo que veníamos a hacer: descansar. Un par de días recorriendo la ciudad y sus templos -incluyó un festival de las flores que es muy famoso acá-, otro día fuimos a una pileta de un hotel a pasar el día -comprando un pase, claro está-, también nos hicimos unos masajes Thai que son una perdición, volvimos a un shopping después de mucho tiempo... en fin. Recuperamos pilas para seguir el viaje. Mañana toca volar y empezar a recorrer Nepal, donde lo primero que nos espera es un trámite: tenemos que ir al Consulado de India a aplicar a la visa india. Se supone que son 3 visitas a lo largo de 7 días y se aprueba, siempre y cuando presentes los mil papeles, formularios y fotos en tiempo y forma -y pagues-. Esperemos que así sea.


1 comentario:

  1. Ja ja a la primera parte!! cada uno festeja su cumple como quiere!!! a las corridas y con hambre, pero con final feliz!!!!
    Que buena la experiencia con los elefantes!!! Bien por las consideraciones que tuvieron!!!!

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