Año Nuevo y vuelta a Vietnam

Año Nuevo en Vietnam. Era lo único que teníamos claro cuando empezamos a programar el viaje. Lo habíamos elegido porque fue nuestro destino favorito en 2015, cuando vinimos al Sudeste por primera vez. 

Y sólo habíamos estado en el sur. Así que esta vez decidimos empezar por el norte e ir bajando, haciendo un recorrido bien completo. Recibimos el 2019 en un crucero boutique por Halong Bay, rodeado de franceses y la ‘tripulación’. Éramos 11 turistas en el barco: 9 franceses y nosotros. El paseo incluyó kayak, clases de cocina, sunset party, countdown, paseo en bici, visita a una cueva... Y se podía hacer snorkel, pero demasiado frío.

Ya después fuimos a Hanoi, la capital del país. Una ciudad hermosa llena de sitios históricos. Todavía no puedo decir qué es lo que nos atrae tanto de Vietnam. Creo que puede ser la calidez de la gente, o la impresionante historia -tanto antigua como moderna-, o su belleza natural y arquitectónica. No sé. O tal vez es porque fue el primer destino en el Sudeste en el que estuvimos hace más de 3 años, y aún recordamos ese “impacto”.

Pero lo cierto es que más allá de toda esta belleza, hay algunas cosas del Sudeste a las que nunca nos vamos a poder acostumbrar. Acá va un top 5:

5. CLIMA: Sea que haga frío o calor, se potencia en el Sudeste. Será la humedad o esas cosas que uno no entiende. Pero si hace más de 20 grados, basta con salir a la calle para estar completamente transpirado. Es instantáneo.

4. TRÁFICO: No se respetan ni los sentidos de los carriles. Mucho menos de las calles. Embotellamiento en todos lados. En las ciudades es más rápido caminar que tomarse cualquier transporte.

3. PRECIOS: Después de varios meses y distintos países, algunas cosas siguen resultando increíbles. Siempre y cuando se regatee, claro está. Pero que con 50 pesos argentinos te puedas comprar una Coca de 1,5L y un paquete de Oreo es un peligro para la salud.

2. COMIDAS: Más allá que el 90% de su dieta sea noodles y arroz -en general en forma de sopa-, las carnes y su estado de conservación siguen siendo sorprendentes. La cadena de frío es un concepto que ni saben que existe. Y ni hablar que no hay nada que no se coma. Un miedo cuando uno recibe un arroz con carnes que tienen formas de todo tipo de órganos de todo tipo de animales. Pero bueno, nosotros comemos chinchulines y morcilla...

1. RUIDO: Son extremadamente ruidosos. Para todo. Especialmente las bocinas: tocan por todo, incluso si no hay nadie en la calle. Es una locura. En Hanoi traté de contar cuánto tiempo se pasa sin escuchar una bocina. El récord fueron 4 segundos. Probé en distintas zonas, en días distintos y horarios diferentes. Siempre bocinas. 

Veremos si en un par de meses seguimos sin acostumbrarnos a los puntos anteriores. O si cambian.