31 ene 2019

What a -quite- week!

Vale citar a Lali para describir la primera de las dos semanas en el norte de Tailandia: totalmente tranquila. Meses atrás, cuando armábamos un itinerario aproximado del viaje según los aéreos, habíamos decidido que nos tomaríamos dos semanas 'tranquilas' para reponernos después de casi 3 meses de viaje y antes de ir a Nepal e India. Por eso optamos por recorrer el norte selvático de Tailandia, siendo que su capital e islas ya las habíamos hecho en 2015.

Llegada la fecha nos dimos cuenta que tal vez el descanso iba a ser bastante extenso. Tratamos de rearmar el itinerario para incluir Myanmar, siendo que estamos tan cerca. Pero por cuestiones de anticipación de visado no pudimos hacer mucho. Así que toca relajarse y aprovechar cada oportunidad de conocer las Chiang y Pai, una aldea backpacker.


Empezamos por Chiang Kong, literalmente al lado de la frontera con Laos. Después nos fuimos a Chiang Rai, donde vimos el templo blanco, el Buda enorme blanco y el templo azul. Lo mismo de siempre pero estos al menos le cambiaron los colores y los tamaños para hacerlo más atractivo. Me gustó mucho. Especialmente en el templo blanco: para llegar hay que atravesar un puente rodeado de manos que quieren agarrarte "desde el infierno", como alegoría de la tentación, la codicia, la vanidad y otros pecados. Después hay dos figuras tenebrosas que representan a la muerte y a la deidad Rahu, quienes evalúan si merecemos llegar al templo, donde nos iluminará de Buda. Y donde encontraremos una pared con imágenes de Pikachu, Dragon Ball, Madonna, Hulk, celulares, Bin Laden, Torres Gemelas, Harry Potter, Hello Kitty, etc. Muy interesante.

Actualmente estamos en Pai. Esta aldea que no prometía mucho pero sorprendió gratamente. Como veníamos relajados, necesitábamos un poco de acción y nos contratamos una excursión de 10 hs que te lleva por todos lados. Las 'estrellas' de la excursión eran 3:

  • una caverna que tiene kilómetros de extensión y cientos de metros de alto -por seguridad es excluyente contratar un guía cada 3 personas-. Llegamos a lugares extremos gracias a unas balsas de bambú que te llevan por los canales internos de la cueva. Una linda experiencia siempre y cuando no se entre en pánico con los peces de más de 1 metro de largo que te rodeaban todo el viaje.
  • aguas termales: no puedo entender por qué los europeos morían por esto. No sé si será raro allá o qué, pero estaban muy ansiosos. Llegamos y era una pequeña laguna con agua apenas tibia -ni siquiera parecida a las de Entre Ríos-. Lo peor de todo fue que les encantó y no lo podían creer. Para nosotros lo más divertido fue ver sus reacciones. Le comentamos que en Argentina hay mucho mejores, todavía sorprendidos por el atractivo que ésto tiene para ellos.
  • Atardecer en el Cañón: una gran sorpresa. Creímos que iba a ser una montaña más o menos alta con tierra colorada, pero definitivamente no. Cientos de metros de caminos como el de la siguiente a foto, a una gran altura, para ver un hermoso atardecer. Eso sí, había que tener mucho cuidado porque no había ninguna baranda de seguridad. Sudeste puro.

Finalmente nos queda por recorrer el último y más famoso Chiang: Chiang Mai. Eso será en la segunda semana, a partir de mañana. Esperemos que también sea lindo pues pasaré mi cumpleaños allá.


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