DDL: día de lágrimas

De emoción (no literal igualmente eh?). Hoy fue uno de los mejores días del viaje, pero no por lo bello que encontré a Portugal, si no que (además) por algo culinario (?) que ya roza lo avergonzante que me haya provocado tanta emoción.

Resulta que estaba caminando por el supermercado 'Mini-precios' (el barato de Día, imagínense) para comprar un par de cosas para comer y dejarlas en el hostel, ya que está muy bien equipado. La fiaca me ganó y me compré una hiper gigante lasagna a la bolognesa (hecha) y una pizza de cuatro quesos (hecha). Más allá que eso suena tentador, para mi estómago no lo es tanto ya que de pizzas y pasta consta el 40% de mi dieta (el 50% son sandwiches y panchos y el restante 10% son comidas locales). Pero lo increíble, inimaginable y lo mejor que me podía pasar adentro de ese supermercado fue cuando estaba caminando para buscar galletitas y, de repente, escuché que algo de un freezer gritaba mi nombre (?). Con lágrimas en los ojos, me acerqué para comprobarlo. Y sí, era lo que imaginaba. Era nada más y nada menos que esto:

No solo helado, con DDL repostero y chocolate rayado. Lo más.

Un helado de dulce de leche. De dulce de leche. Dulce de leche. DDL (para el que no se había dado cuenta el título de post es un juego de palabras con el 'DDL', increíble lo que provocó tanta azúcar en mi cerebro).

Sin evaluar si el precio estaba bien (igual fue re barato: 1,79 euros), si estaba cerca del hostel (no tenía cuchara), que hacía 15 minutos había merendado (no importa, es helado) y si había o no freezer en el hostel (al final no había y el pote es de 503 gr.), lo agarré decidido y me fui para la caja. Gran decisión.

Espero que no piensen que soy exagerado por tremenda alegría. Todos sabrán (y los que no se imaginarán) mi pasión por el DDL. Y estuve privado de él por dos meses y medio. Encontrarlo en Portugal, y encima en forma de helado (?), fue como un regalo caído del cielo.

Resulta que finalmente no hay freezer en el hostel. Así que al llegar, y a pesar de haber merendado, hice el sacrificio (?) y me comí casi la mitad (es de 503 gramos, repito). Ahora lo guardé en la heladera (pegado a la pared de atrás, mi padre dice que es la más fría) y después veré si tengo hambre o no. Digo, si tengo hambre para la lasagna. Porque esa mitad que queda sé que la voy a comer antes de que sea líquido del todo.

Y sí, el primer día en mi vida que como medio kg. de helado en pocas horas (4 ó 5). Pero la situación lo justifica.