Viena: tenis y algo más

- Vamos Juan Martíiiiiin -grité al principio del partido del sábado (nótese la prolongación en la entonación de la 'i').

Acostumbrado al Parque Roca (15 mil espectadores, muchos de los cuales también gritan, al aire libre) no medí la intensidad de mi primer grito en un estadio techado para 4 mil personas, los cuales por un momento temí que sean mudos. Hasta eco hizo el grito. Al menos la mitad de la gente se dio vuelta para mirarme (entre ellos el juez de silla). Acalorado, empecé a medir mis gritos según el ambiente en el que estaba.

Foto desde mi butaca (no significa que haya sido desde donde vi los partidos).

Ambiente ameno. Los austríacos son austríacos. Me divirtió ver cómo alentaban al local en dobles. Bastante amargos. En un momento decidí empezar a hinchar por la pareja en la que jugaba el local (terminó perdiendo). Le gritaba antes de los saques más importantes (un par más me seguían), empezaba los aplausos 'de apoyo' cuando iban abajo (me seguían casi todos). Fue divertido. Si me contratan, vamos con un par más con bombo y banderas y cambiamos el clima de verdad (?).

Sábado: 4 partidos - 10 horas

Domingo: 2 partidos - 4 horas

Empacho de tenis después de cierta abstinencia durante casi 3 meses. Pero qué alegría. Después de 8 años de seguirlo a Delpo finalmente lo pude ver en vivo. Y después de recibir el trofeo, le di la mano y me firmó un autógrafo. ¿Cómo lo hice?

Primero un par de comentarios: agradezco que todavía en Argentina no está la costumbre de comer pochoclos viendo tenis. En Austria sí. Imagínense que hay más silencio que en un cine (por no haber película, y más cuando estás con 4 mil austríacos fríos). Por otro lado, quiero denunciar públicamente (?) que RICOH, una de las empresas auspiciantes, tenía un stand en el que te medían la velocidad del saque. Igual que lo que había en Londres (mis lectores fieles (?) se acordarán). La diferencia está en que acá te cobraban dos euros para medirte cinco saques. O sea que les pagás para que hagan publicidad. Parece que todavía no entendieron cómo funcionan esas cosas en el capitalismo (aclaro que no participé?)...

Ahora sí, cómo logré el autógrafo:

Ambos días el estadio estuvo a un 75% de su capacidad, por lo que me iba moviendo de asientos. Primero dentro de la bandeja en la que yo estaba. Horas más tarde ya había visto los partidos desde todos los ángulos de la cancha, e incluso estuve en el palco de Coca-Cola (vi que estaba vacío, lo seguí un par de horas, continuaba vacío, salté la valla disimuladamente y fui).

Sin duda, el mejor de los lugares de los que estuve.

Mientras Delpo recibía el trofeo, aproveché el alboroto y me metí en la zona de auspiciantes. Me para un austríaco en el medio y me dice algo. Le digo: 'photo, tanque tanque tanque tanque' y sigo ('tanque' no sé cómo se escribe pero se dice así, es 'gracias' y creo que también 'por favor' en alemán, lengua hablada en Austria). El muchacho no hizo nada y yo llegué a la zona donde estaban los ricos pidiéndole autógrafos a Delpo. Era una muchedumbre detrás de una valla, y Delpo firmaba a 2 ó 3 y seguía un par de metros, así sucesivamente. Cuando llego yo ya iba por los 3/4. Cual tiburón hambriento empiezo a pisar niños, meterme entre mujeres y darle algún empujoncito a los hombres para finalmente llegar hasta casi el final. Cuando llego, Delpo se había dado vuelta y había caminado 6 ó 7 metros, llegando a la puerta del vestuario.

Foto sacada mientras pisaba niños, buscaba papel y temblaba de emoción (?).

- Juan, vengo de Tandiiiiiiil -grité desequilibradamente (nuevamente nótese en la entonación prolongada de la 'i', todavía sigo sin saber por qué, pero al gritar todos lo hacemos).

Claro que es mentira que vengo de Tandil. Pero después de tanto fanatismo conozco algo de Delpo y pensando muy rápidamente supe que con eso 'lo compraba'. Se da media vuelta y mira al amontonamiento de gente. 'Acá', digo levantando una mano con mi camiseta puesta, mientras aplasto a dos nuevos niños. 

- 'Hola!' -dice -querés autógrafo?

- Sí, perdón -y le doy el papel (me sorprendió tanto que vuelva que me quedé en silencio).

- Y la mano! -digo, mientras firma.

Me da la mano y se va, sin firmarle a nadie más en esta 'segunda vez' (todo el encuentro duró entre 2 y 3 segundos, por lo que no pude decirle nada más), ya que vino exclusivamente a cumplir mi sueño. Con lágrimas en los ojos y mis piernas temblando empiezo a caminar por los pasillos. Me ve una argentina (me reconoce por la camiseta) y se pone a hablar.

- Qué lindo verte tan feliz -me dice.

Así estaba yo. Minutos después vuelvo a sentarme para ver la final de dobles, pero antes le pido a un alemán que me saque foto con el estadio de fondo y el autógrafo en la mano. Todavía temblaba tanto mi mano que recién en la tercer foto el papel no salió movido. El alemán me decía 'calm down, calm down'. Un capo que hasta que no salió bien siguió sacando, pero dudo que alguna vez se imagine la pasión que siento por Delpo. Y por el tenis.

JMDP - Campeón ATP 250 Viena - 21.10.2012

Viena? Bien, gracias! Pude recorrer 4 horas cada mañana y sacar fotos (podrán verlas en Facebook). Muy linda, aunque demasiado gris para mi gusto. Y, realmente, la cabeza la tenía en otro lado. Como dijo mi padre para convencerme de comprar las entradas para los dos días (¡¡¡gracias!!!): 'Viena va a seguir estando'. Y este recuerdo, a mí, no me lo saca nadie.