31 oct 2012

Budapesht: perdida en el Este

No me confundí ni escribí mal el nombre. Después de cuatro días acá sigo sin acostumbrarme a cómo se dice en húngaro esta capital: 'Budapeshhhht' (creo que alargan la pronunciación de la 'sh' porque todos los turistas lo decimos mal).

De hecho me estoy dando cuenta que el tema del nombre de la ciudad también me trajo otra anécdota. Al comienzo del walking tour, la guía contaba sobre la ciudad y decía que cientos de años atrás había una ciudad de un lado del Danubio que se llamaba 'Buda' y otra del otro lado que se llamaba 'Pest'. Las unieron con puentes y la llamaron 'Budapest'. Frente a esto me reí, pensando que nos estaba boludeando. Como estaba muy cerca de ella (?) se dio cuenta y me dijo:

- No es un chiste, es en serio.

Una de las paredes de la sala común del hostel. Toda la onda.

Es difícil hablar sobre Budapest ya que uno no la tiene entre las grandes ciudades europeas. Es decir, jamás la nombraríamos entre Londres, París, Madrid, Roma y Berlín. Pero sin embargo merecería estar ahí. No solo porque es lo suficientemente grande, si no que también porque tiene todas las atracciones que un turista puede querer. Es como que está 'en el Este' por accidente. Y esta mezcla de cosas la hace más interesante que varias de las anteriores.

Disfrazados en plena feria. Todo sea para vender más. #capitalismopuro 


Esta vez me aseguré no tener problemas con el cambio de monedas (Merkel no seas tan exigente y dejá que todos ingresen al euro así es más fácil para los turistas... y el Euro se deprecia de paso, ja!) y pregunté antes de entregar la plata cuánto me darían. Igualmente fui al lugar que me recomendó el del hostel, donde efectivamente tenían el mejor cambio de la ciudad y no estafaban. Maldito recepcionista checho que 'cobra en coronas'.

Por otro lado, definitivamente empezó la parte del frío. Estar sin frío más de cuatro meses en Europa (hoy cumplo 3 meses, feliz cumplemes de paso), y más de dos de ellos en el Este, es casi imposible. Así que agradezco haber planeado el orden de países como lo planeé porque el 'frío' (alrededor de 0°) lo paso solo por una semana. Creo. No quiero imaginar si ahora iría para los Bálticos...

'Tourists Stop' dice el mensaje. Un poco fuerte. Pero bueno, era plena Misa en la Basílica. 


El Este enamora (?). Cada uno de los países en los que estuve me gustó más que el otro. Pero todos tienen una limitación: atracciones. Con un par de días a full es suficiente para cada capital. Aunque esto no aplica para Budapest. De hecho, al pensar una capital del Este, antes de este viaje hubiera dicho que Praga es la más desarrollada turísticamente. Pero no. Budapest la pasa, y por mucho.

Sin embargo, al adentrarse en la parte de la historia y de la vida del día a día de la ciudad sí se nota su pertenencia a esta parte de Europa. Como en cada uno de estos países, tanto en museos como en guías turísticos, no se escuchan más que quejas sobre el comunismo. La excepción fue en Rusia cuando la guía me comentó que su abuela extrañaba esos años. Acá tuve la suerte de hacer un tour exclusivamente sobre comunismo, con una guía de unos 35 años (adolescencia en plena época comunista), que no hizo más que reforzar el mensaje que recibimos los turistas en estas ex-colonias soviéticas (ok, ya me lavaron el cerebro): época sin libertades en las que la supuesta igualdad solo se logró parcialmente y que se logró mantener por intereses económicos de todo el mundo.

¿Qué hace una estatua de Reagan (presidente conservador estadounidense que ayudó a 'liberarlos' del comunismo) en pleno centro de Budapest, concretamente ubicado entre el Parlamento y el monumento a los soldados soviéticos caídos en la Segunda Guerra? 'Es una rockstar' nos dijo la guía.

El muchacho en cuestión, de espalda al Parlamento y 'yendo' al monumento. 

Por último, y esto más personal (?), me quedo con las ganas de visitar el Parlamento por dentro. Se agotaron los tickets exactamente cuando faltaban dos personas (una pareja española) para que sea mi turno. Es decir, si hubiera llegado 4-5 segundos antes hubiera podido hacer la visita. Cosas del destino. Al menos tuve tiempo de ir a otro museo de la Segunda Guerra Mundial y al Mercado Central (lástima que fue el último lugar al que fui... todo lo que compré estaba ahí a un 30-40% menos). Indudablemente tendré que volver para sacarme las ganas del Parlamento. Si por fuera es así...

La foto que siempre garpa en Budapest. Parlamento, copia del inglés. Distinta historia, eso sí.

8 comentarios:

  1. QUE LINDO!!! :)
    te extraño, te quiero ! Mua mua mua !
    G

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  2. Yo sí sabía la historia de Buda y Pest... lalala.
    Jajaja.
    Siempre escuché que las capitales del antiguo imperio austro-húngaro son impactantes (bueno por algo les dicen ciudades imperiales) y lo confirmé con tus relatos. Qué lindo se ve el parlamento!
    A seguir disfrutando y cuidate del frío.
    Besos!

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  3. Qué lindo post y qué hermoso se ve el Parlamento!
    Para mi tenés que volver... a Argentina! Jajajaja
    Te amoooo

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  4. Absolutamente de acuerdo con mi colega Vicky!!!!!!

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  5. Qué bueno lo de buda...pest realmente muy loco y yo también me hubiera leído, es muy típico de cordobeses... el Parlamento fantástico. Ya tengo ganas de ir a conocer esas ciudades.
    Besos Pa

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  6. Lindo Post!!!, realmente lo de Buda-Pest, suena a chiste malo, ni que lo hubiera dicho yo. ja ja
    Lástima que no pudiste entrar al Parlamento, seguramente ya habrás analizado, en que perdiste esos 3 o 4 segundos... para que no te vuelva a pasar.

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    1. Los pasé haciendo tiempo en el súper porque faltaba un montón!!! Eligiendo chocolate, obvio! Jjajaj

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