Conocer gente

De eso se trata gran parte del viaje. Ya saben, estar solo durante tanto tiempo hace que relacionarte con otros sea tarea obligada. Y en eso, los hostels ayudan mucho.

Son el lugar ideal para conocer otros viajeros. Como dije anteriormente, me animo a afirmar que el 60-70% de todos los que se hospedan en hostels son jóvenes que viajan solos por Europa durante un tiempo de dos a seis meses. Está claro que depende del tipo de hostel (cuando hay habitaciones privadas, o sea una mezcla de hostel y hotel en el mismo edificio, el porcentaje disminuye). La mayoría de los viajeros con los que me encontré son de Australia, Canadá, Alemania, Inglaterra, España y Asia (aunque estos últimos, en general, no se caracterizan por relacionarse mucho). Argentina y Brasil también figuran en el tope de la lista, pero en general viajan en grupos. Aunque vi viajeros solos (como yo), es más extraño. Lo de Argentina es más raro aún: conocí varias parejas viajando en hostels. Y eso no es común, por el hecho de las habitaciones compartidas. Pero bueno, todo sea por ahorrar...

Algunos de todos los argentinos del hostel de Berlín. Eran de tres grupos distintos.

Volviendo a lo de conocer gente, los hostels no son el único lugar donde eso ocurre. A continuación, lugar en el que conocí a algunos de todos ellos:

- filas para entrar a algún lugar: por ejemplo, cuando me puse a hablar con una argentina que estaba con su hija mientras esperábamos a subir a la Torre Eiffel. Y fue muy divertido. Era de esos personajes que critican todo en forma simpática, mientras la hija (de unos 16-17 años) se avergonzaba. Estuvimos como 4-5 horas juntos (en la Torre también). Básicamente, ella contó su (in)experiencia en Grecia. Genial.

- bares: recuerdo en Varsovia que salimos con dos franceses y una yankee a un bar, antes de ir a bailar. Ahí conocimos un grupo de todas partes del mundo: de Rusia a Egipto lo que recuerdo. Fuimos todos a bailar, y volvimos el grupito de 4 al hostel.

- micros: lo más divertido fue la señora del micro de Cardiff a Birmingham. Inglesa, de unos 60 años. Hablábamos de todo hasta que vino el acompañante del chofer a pedirnos que nos calláramos porque era un micro 'nocturno'. Y nos pusimos a dormir.

- tours: una argentina de Rosario muy copada con la que hicimos el tour del terror en Edimburgo. Sufrimos juntos (?).

- excursiones: recordarán el ponja al que le dediqué un post. Un personaje que vale la pena recordar.

- day trips: acá sentí un poco de lástima de no poder estar más tiempo. Eran tres austríacos (dos hermanos y la novia de uno de ellos) con los que me crucé ni bien bajé del micro en Kutná Hora, Letonia. Compartimos todo el día juntos hasta que me volví a tomar el micro de vuelta. Una pena.

- trenes: por ejemplo, durante el trayecto de Eslovaquia a Serbia, donde me encontré con los serbios a quienes también les dediqué un post. En este caso, nada más que compañeros de ruta. Sin pena pero sin gloria (?).

Los austríacos de los que hablaba. Genios totales.

Y así sucesivamente, sin contar los cursos que hice en Londres, la familia con la que me hospedé ahí, o mis familiares de Italia. Pero todos tienen un denominador común: la efusividad (?). Es decir, uno 'conoce' (superficialmente) a alguien sabiendo que el encuentro no va a durar más que horas, o algunos días en los mejores casos. Por eso el dejar de verse, en general, 'no da pena' (OK, suena frío pero es así). Porque uno ya sabe qué está viviendo.

De hecho, me ha pasado de estar dos o tres días a full con alguien... desde el desayuno hasta compartir el cuarto, todo el día junto a un (des)conocido. Y al final es como 'OK, hoy no quiero conocer a nadie, necesito paz mental'. Como si fuera un día libre. Pero, a la vez, unos días 'libres'seguidos ya se tornan aburridos: más allá que cada uno de los días a alguien conocés en el hostel (salvo en un par de ciudades raras en las que estuve días de semana y estuve literalmente solo en la habitación, con 8-9 camas vacías alrededor), salir a recorrer por diez-doce horas sin nadie más durante un par de días seguidos es suficiente. Es como que hay que ir intercalando. Al menos eso me pasa a mí.

Un grupo internacional (de Alemania a Turquía, pasando por Lituania) con los que salimos en Estonia.

Peeeero a esta altura del viaje noto que ya no tengo las mismas expectativas al conocer a alguien. Tampoco es que soy un aislado (de hecho acá en Roma conocí unos franceses divertidísimos -raro en ellos- y unas inglesas muy copadas -aunque sucias-) pero ya se volvió un poco rutinario: desde la conversación inicial (país, fechas de inicio y fin de viajes, edad, destinos visitados y por visitar, tips, estudios, ocupación, etc) hasta el momento de hablar de cosas distintas (según los perfiles del que conozcas) para terminar despidiéndose, en general previo intercambio de Facebooks. Y creo que esta sensación de que ya conocí suficiente es, justamente, por eso mismo: pienso que ya conocí todo lo que podía conocer en este estilo de viaje.